La publicidad siempre ha formado parte de nuestras vidas y es necesaria desde el boca a boca a las grandes campañas de las multinacionales. Si quieres vender tu producto o simplemente dar a conocer tu negocio, tienen que saber que existes. Desde el 3000 A.C. Donde el dueño de un esclavo fugado ofrecía una moneda a quien lo capturara en un papiro donde también aprovechó para hablar de su negocio.

Hasta el día de hoy donde te aparecen en el móvil las zapatillas que has estado mirando hace un par de días. La publicidad en un mundo cada vez más audiovisual ha generado una abrumadora sobrecarga de anuncios publicitarios. Lo que ha devenido en Los bloqueadores de publicidad. Esto a su vez ha generado programas que anulan los bloqueadores. 

Pero y todo esto a donde va a ira a parar… 

Existe una publicidad que ha burlado toda esta guerra en la evolución de los anuncios, una publicidad que no funciona de la manera convencional si no todo lo contrario, su poder radica en la sutileza haciendo que su mensaje sea menos incisivo pero mucho más efectivo.

Si eres uno de esos vagos a los que les cuesta leer aquí te dejo la versión en video del vagabundo cojo 👇🏽

Estoy hablando por supuesto del cine.

Una industria que se centra en el ocio y entretenimiento. Paliando el aburrimiento para mantenerte alejado de tus propios pensamientos que tanto pueden llegar a agobiar. Paradójicamente dependiendo de lo que veamos podemos relajarnos o angustiarnos aún más dependiendo de lo que nos quieran hacer sentir…

Un gran ejemplo es el cine belicista mostrando grandes batallas donde apenas ves la cara de quien muere, son hormigas, no empatizas. O por el contrario un largometraje antibelicista, es aquel que le pone cara y nombre a cada víctima haciéndote partícipe en el sufrimiento y llevándote a empatizar con él.

China, Rusia  O EE.UU. son grandes potencias que poseen una fuerza económica, geopolítica y militar similar, pero de todas ellas destaca la de EE.UU. Instaurando su estilo de vida, la cultura de los centros comerciales alejado del comercio de barrio al que estábamos acostumbrados. O por qué no, el hecho de que el inglés sea el idioma considerado como internacional.

¿Cómo EE.UU. ha conseguido ser una de las principales potencias? El cine es la respuesta.

Existen departamentos en la Cia, en el Pentágono o  en la Nasa, que se encarga de analizar posibles  guiones para financiarlos.

Recientemente se han destapado documentos corroborando que el gobierno de los Estados Unidos ha trabajado tras bambalinas en más de 800 películas importantes. 

Cuando un escritor o productor de Hollywood se acerca al Pentágono y solicita acceso a recursos militares para ayudar a hacer su película, debe enviar su guion para que lo investiguen.

Si hay personajes, acciones o diálogos que el Departamento de Defensa no aprueba, entonces el realizador tiene que hacer cambios para adaptarse a las demandas de los militares.

Todo Esto no es exclusivo de EEUU por supuesto.

Eisenstein trabajó a favor de la revolución rusa con películas como El acorazado Potemkin. E incluso el mismo Stalin le llegó a encargar alguna película. Otro claro ejemplo es el de la cineasta Leni Riefenstahl, documentalista de Hitler y el nazismo.

Pero este cine documental y propagandístico no posee la fuerza de la ficción. Cuando ves un documental ya estás predispuesto a ser educado, buscas información respecto a un tema del cual seguro ya tienes una opinión, y por lo tanto, tu cerebro sí estaría más alerta. Esto se aleja de la fuerza del cine de ficción. La capacidad de expresar una idea a través de la narrativa sin ninguna pretensión educadora, por lo menos a priori.  

Como por ejemplo cuando Ian Fleming antiguo agente secreto del MI6 (la CIA británica) tras la mala fama que se ganó en la segunda guerra mundial creó un personaje de ficción rocambolesco capaz de salir ileso de cualquier bombardeo con el traje intacto llamado James Bond.

El poder de la ficción es tal que la producción cinematográfica estadounidense la sigue usando para seguir hablando del peligro comunista en el cine de terror, ciencia-ficción, o el cine bélico, géneros que le permiten propagar un estado de alerta y al mismo tiempo, difundir el estilo de vida americano — the American way of life – 

Por su puesto el consumismo ha aprovechado estas oportunidades. Como cuando Nothing Hill aumentó el valor de sus casas tras la emblemática película del mismo nombre de Julia Roberts y Hugh Grant.

Tras Top Gun el modelo de gafas «Aviador» aumento un 40 % en ventas pero aun más importante, hizo que la vida en la Marina pareciera increíble. Y esto no fue baladí ya que La Marina de los EE. UU. Estableció estaciones de reclutamiento fuera de los cines atrapando a los posibles reclutas cuando salieron del cine entusiasmados por el clímax dramático de la película. La estrategia dio sus frutos, pero no de la manera que se esperaba. Si bien es cierto que durante años se rumoreaba que la Marina consiguió aumentar las tasas de reclutamiento hasta un 500% en el año siguiente al lanzamiento de la película, recientes investigaciones demuestran que no fu así, no obstante pese a ser un aumento mucho menor, no se puede negar que la cinta logró un aumento en los alistamientos. 

Pero no vamos a ser tan inocentes de pensar que simplemente con el poder de una buena narrativa puedes conseguir influenciar a la gente. O por lo menos no como único método. Sí, sé lo que estáis pensando, que estáis por encima de la media, que no sois tan tontos como para dejaros influenciar simplemente por un guión bien armado pero… Y si hubiera algo más.

Se rumorea que durante la proyección de Laurence de Arabia, una película que dura casi 4 horas y en el desierto, se mostraron imágenes subliminales de Coca-cola, para que en el descanso de la proyección la gente saliera disparada a comprar la codiciada bebida. RUMORES…

Pequeños fragmentos de segundo donde se muestra una imagen apenas perceptible para la conciencia pero no para el subconsciente… Juntando estas dos COSAS se obtiene una combinación sublime.

Totem de la película inception.

Fascine y coloque, eso decía mi profesor de montaje y no le faltaba razón. Cuando consigues llevar al espectador a un estado de clímax dramático, estarán abiertos en canal, dispuestos a dejarse llevar. Es ahí cuando se coloca la idea.

Es el arte de conseguir Hacerte creer que la idea ha sido única y exclusivamente tuya. 

Pero lo que sí es cierto, es que los mensajes subliminales no son algo reciente. Ingmar Bergman considerado uno de los grandes cineastas de principio de siglo y de estricta educación luterana te metía un fotograma de un pene que apenas duraba una milésima de segundo en sus películas.

Lo cual me lleva a plantearme…

¿POR QUE NO TIENE PUBLICIDAD NETFLIX?

O las otras plataformas como Disney +. ¿Es suficiente con las cantidades irrisorias que piden de suscripción por su vasto catálogo? 

No me mal interpretes. Por supuesto existen obras de arte que buscan hacerte reflexionar o exponer una realidad social o simplemente hacerte pasar el rato. Pero nada sale gratis.

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Referencias Bibliográficas:

Marimón, J. (2014). El montaje cinematográfico. Del guión a la pantalla. Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.

Poveda, M. (2021). La invención del primer anuncio. Revistas Científicas Complutenses, 15(2), 2-3.

https://doi.org/10.5209/pepu.73218

Concostrina, N. (2018). Pretérito imperfecto: Historias del mundo desde el Año de la Pera hasta ya mismo. La esfera de los libros.

Secker, T., Alford, M. (Jul 5, 2017). Documents Expose How Hollywood Promotes War on Behalf of the Pentagon, CIA and NSA. Filmsforaction.org. https://www.filmsforaction.org/articles/documents-expose-how-hollywood-promotes-war-on-behalf-of-the-pentagon-cia-and-nsa/Derzyan, T. (March 14, 2016). Cinematography as a Tool for Political Influence. Enlightngo.org. https://enlightngo.org/language/en/post/8152